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La repetición de elecciones no cambia nada: Vara volverá a ganar y el PP necesitaría a Vox para gobernar

El PSOE ganaría las elecciones con 31 diputados y el PP lograría 30

La repetición de elecciones no cambia nada: Vara volverá a ganar y el PP necesitaría a Vox para gobernar
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La guerra abierta en Extremadura entre el Partido Popular y Vox sumerge a la comunidad en un incierto escenario con el único punto claro de que, si no hay arreglo, habrá repetición electoral. En realidad, de celebrarse hoy esos comicios, nada cambiaría. El PSOE sería la fuerza más votada -esta vez con 31 escaños (42,9%), uno más que el PP- y los populares (30, 41,1%) seguirían en manos de Vox (4 diputados, 6,6%). Los dos partidos mayoritarios ven aumentada su representación en relación al 28M -el PSOE gana tres escaños y el PP, dos-por la desaparición de Podemos, que no llega al umbral del 5% necesario para entrar en la Asamblea y pierde por tanto sus actuales cuatro diputados–. Son datos de la encuesta de Data10 para OKDIARIO, la primera tras el inesperado giro de guión en Extremadura.

La repetición electoral desmoviliza al votante. Aunque los partidos aumentan en asientos, pierden votos por el incremento en 4,6 puntos de la abstención (38.000 votantes menos). El PSOE se deja 1.132 papeletas y el PP, 4.842. Vox retrocede un escaño y 12.242 votos, pero sigue siendo determinante para que, tras unos nuevos comicios, la popular María Guardiola se convierta en la primera mujer presidenta de la comunidad, histórico bastión socialista. Otro dato: de repetirse los comicios, la distancia entre PSOE y PP aumentaría. Si ahora les separan apenas 6.000 votos, la diferencia se elevaría a los 10.000.

Los nuevos comicios, por tanto, devolverán el escenario al punto de partida. Hoy por hoy, las posiciones permanecen inamovibles y abocan al desacuerdo: Vox reclama entrar en el Gobierno regional para hacer valer su apoyo y Guardiola lo rechaza.

El propio Alberto Núñez Feijóo ha defendido este miércoles que la exigencia de Vox de controlar dos consejerías -Agricultura y Cultura- era «desproporcionada», al tener cinco diputados frente a los 28 de Guardiola. Guardiola les ofreció la Presidencia del Parlamento regional y un senador por designación autonómica, algo que a los de Abascal les resultó insuficiente. Ahora, aún empeorando el resultado del 28M, el valor de sus escaños resulta otra vez decisivo, lo que obliga a un cambio de planteamiento o, de lo contrario, el bloqueo será permanente. En otras palabras, unos nuevos comicios no resolverán nada y sólo dan munición a Pedro Sánchez en plena campaña del 23J.

Elecciones

Con la negociación en el bloque de la derecha completamente rota, el botón electoral está en manos del PSOE. Y de ahí que el endiablado escenario haya sido ya aprovechado por Guillermo Fernández Vara, quien ha pasado de anunciar su marcha de la política y pedir su reingreso como forense al día siguiente del 28M a postularse para la investidura como candidato «de la lista más votada». Lo anunció este martes en una comparecencia en la que acusó al PP y Vox de «estar utilizando a Extremadura como laboratorio para tapar lo que pasó en Valencia», en referencia al pacto exprés sellado la semana pasada. En realidad, con su movimiento, el socialista reta a Alberto Núñez Feijóo a apoyar a quien logró el mayor número de votos, tal y como el líder del PP viene reclamando a Pedro Sánchez. Apenas 6.000 papeletas separaron a ambos partidos.

La intención de Vara es presentarse a la investidura de forma inminente, aunque sus posibilidades son prácticamente inexistentes, por no decir nulas. El calendario lo maneja la presidenta de la Asamblea regional, la socialista Blanca Martín, que se hizo este martes con el cargo de forma inesperada por el desacuerdo entre PP y Vox. Tiene un plazo de 15 días para proponer un candidato a la Presidencia, previa consulta a los grupos parlamentarios. A partir de ahí, el aspirante presentará su programa al Pleno de la Asamblea en los 15 días siguientes a su designación y se procederá a la votación de investidura, algo que debería producirse antes del 20 de julio. Extremadura será así un escaparate de campaña para el PSOE en víspera de las generales y éste es uno de los grandes motivos, sino el principal, de la maniobra estéril de Vara. Si el candidato no obtiene mayoría absoluta, se procederá a una nueva votación dos días después de la primera, en la que se requiere mayoría simple. Y si en el plazo de dos meses desde la primera votación ninguno de los candidatos sale elegido, se convocarán nuevas elecciones.

Los comicios tendrían lugar en otoño, previsiblemente ya sin Sánchez en La Moncloa. Todos los partidos trabajan con ese escenario. Pero si alguien creía que unos nuevos comicios despejarían la gobernabilidad, estaba equivocado. Según el resultado de la encuesta en Extremadura que ofrece este periódico, nada cambiará sustancialmente, lo que obligará a un cambio de estrategia o abocará a un bloqueo permanente.

Vox lleva meses advirtiendo que reclamará entrar en los gobiernos donde sus votos sean necesarios. Tras las experiencias pasadas, en las que el partido ofrecía su apoyo sin pedir nada a cambio, los de Abascal creen que ahora es necesario ir más allá de las meras intenciones programáticas porque «los votos no se regalan». Entienden que tocar poder y demostrar capacidad de gestión. Como ensayo, Vox lleva más de un año gobernando en Castilla y León. Y en Valencia tendrá las consejerías de Justicia, Interior y Gobernación y de Agricultura, además de la vicepresidencia de la Generalitat.

Para Guardiola, sin embargo, integrar a Vox en su gabinete es un trago amargo. En campaña ya prometió que no lo haría y ha cumplido la promesa. Las duras palabras de este martes, en las que dejó claro que no podía dejar entrar en el Gobierno «a aquellos que niegan la violencia machista» tampoco permiten vislumbrar una solución. Si con la repetición electoral el PP pretendía lograr una mayoría absoluta -ganándose el voto más moderado y con apelaciones al voto útil-, los resultados demoscópicos indican que no será así, que se volverá al mismo punto de partida.

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